Simulacro de pesca en barril, el compost y el astronotus feliz

¿Y por qué?
Porque pocas veces con tan poco se puede hacer tanto, esta nota apunta a que todos, mejoremos la calidad de vida de todos (y hasta la de los peces).

El compost
El compost o compostaje es la descomposición de materia orgánica, en este caso mediante la utilización de lombrices rojas californianas que consumen la materia orgánica que depositamos en él. Al pasar por su tracto digestivo, la lombriz aporta a la descomposición de la materia orgánica elementos beneficiosos como carbono, fósforo, nitrógeno y otros componentes que hacen una tierra sumamente fértil.

Por otra parte, las lombrices se multiplican casi permanentemente en grandes cantidades, por lo que se puede contar con un excelente alimento vivo, nutritivo manjar cualquier astronotus u oscar.

Pero quizás, algunas de las ventajas más importantes son estas:
  • Reduce la deposición y acumulación de residuos: los deshechos orgánicos se procesan en el compost y así sacamos menos basura para que se lleve el recolector. En nuestro caso esto ayuda muchísimo a la separación de residuos, quedando más que nada los secos (plástico, papel, vidrio, metal), siendo mucho más fácil luego ponerlos en bolsas separadas.
  • Genera humus, excelente para la fertilización en jardines, huertas y todo tipo de cultivos.
  • En el jardín agregamos esta tierra producto del compostaje a las plantas, logrando que crezcan más sanas y den muchas más flores.
Proceso del compostaje

Ni cerca de la "lombriz solitaria"
Bajo las condiciones adecuadas, un solo ejemplar de lombriz roja californiana (Eisenia foetida) puede llegar a engendrar más de mil lombrices en un año, por lo que en poco tiempo se llega a tener una población más que interesante.

Por eso es que cuanto más lombrices haya, más capacidad de procesamiento tendrá nuestro sistema. En el video de más abajo se puede ver el mío, que tiene más ya como tres años. Nunca se llegó a llenar completamente dado que si funciona bien, todo se va compactando bastante en el fondo.


Cómo hacerlo
Son innumerables las formas en que se puede montar un compost: Desde hacer una pila de materiales orgánicos al aire libre sobre un puñado de lombrices, hasta el más sofisticado de los contenedores. En Internet se pueden ver imágenes de compost de gran variedad, formas y tamaños en que se pueden hacer.

Básicamente hay que tener en cuenta que debe tener humedad y aire.  Aunque casi siempre los vegetales aportan bastante humedad, si el clima es muy seco, hace calor y no llueve, puede ser necesario  agregar algo de agua a veces.

Si bien es solo cuestión de preferencias (y de espacio disponible), yo prefiero el contenedor cerrado porque es más "controlable", mientras que a cielo abierto se plantean algunos inconvenientes:
  • Los pájaros se hacen un festín con las lombrices. Si lo que quieres es tener el compost para atraer pájaros a tu jardín es ideal, pero hay que tener en cuenta que las aves tienen que desenterrar las lombrices, así que muchas veces terminan desparramando todo. 
  • Otro problema más serio son las ratas, porque para ellas las lombrices pueden ser un manjar, y entonces "hacerse habitué" del lugar.
  • Dependiendo de los deshechos orgánicos que se arrojen, puede haber mal olor.
En cuanto a los compost cerrados, como se vio antes, se pueden hacer casi con cualquier cosa, como ser cuatro paredes de madera, de ladrillos o bloques o simplemente con un recipiente plástico. Lo importante es que tenga ventilación para que ingrese el aire, que le entre algo de humedad y que posea una abertura en la parte baja para poder retirar la materia procesada. Es muy bueno si no tiene fondo, así exceso de agua filtra hacia abajo.

En mi caso lo hice con un tarro de basura de plástico. Tiene agujeros a los lados para que ingrese el aire, unos agujeros pequeños en la tapa para que caiga algo de agua de lluvia y varios en la base para que escurra el agua y las lombrices no se ahoguen. A un costado abajo, corté una abertura de unos 25 x 15 cm para sacar tierra y lombrices con una pala pequeña.

Perforaciones del recipiente para el compost

La tapa, con los agujeros en el centro

Opté por hacerle agujeros en la base en lugar de quitarle el fondo, porque sin él se hace muy difícil moverlo. Así que hice varias perforaciones de unos 10 mm por debajo para el drenado del agua. Las perforaciones para el aire son similares y las superiores son más pequeñas para que ingrese algo de agua de lluvia; a la vez que ayudan también a al circulación del aire. De todos modos, esto no es para nada crítico, ya que también puede mantenerse destapado si se quiere.


El resultado se puede ver en este video:



Qué arrojar y qué no
Las lombrices de las que hablamos son capaces de procesar prácticamente cualquier material orgánico. Sin embargo no recomiendo arrojar restos de carne y de otros que se pudran y traigan moscas que llenen todo de gusanos y mal olor. Por experiencia, y asesoramiento que recibí, lo que por mi parte aconsejo sobre qué arrojar y qué no, es lo siguiente:

Qué es lo mejor
  • Restos de verduras y hortalizas.
  • Semillas, carozos y piel o cáscaras de vegetales, y resto de frutas.
  • Papel no impreso, como por ejemplo servilletas de papel.
  • Saquitos de té usados (sin la etiqueta impresa).
  • Restos de café, y en todo caso también sus filtros de papel.
  • La yerba del mate, pan, galletas y galletitas.
  • Todo tipo de hilos y fibras orgánicas (en pequeñas cantidades, claro).
  • Restos de pasto, flores y hojas de los árboles y plantas.

Qué evitar
  • Restos de carnes. Se pudren y dan olor.
  • Aceites, y restos de ensaladas condimentadas con aceite.
  • Cáscaras de huevo. Son filosas y las lombrices se lastiman con ellas (para evitarlo se pueden triturar o romper bien).
  • Papel impreso.
  • Si se tiran servilletas de papel, evitar las sucias con grasa, con jabón o detergentes.
  • Naranja, pomelo, limón, mandarina (y todo tipo de cítricos), tomate (jitomate) o cebolla, porque acidifican mucho el medio (no pasa nada si la cantidad no es excesiva).
  • Todo tipo de material inorgánico, por supuesto.

Algo interesante es que si a las lombrices no les gusta el alimento tienden a salir a la superficie. No soportan el sol directo, así que cuando es así se mueren. Si está todo bien, mirando desde arriba la pila, las lombrices no deberían verse. Si el compost es abierto y el alimento no les gusta, seguramente las lombrices se irán en busca de algo mejor y las perderemos.

Desventajas
Casi no le encuentro. Un problema puede ser la mosca de la fruta, que se reproduce bastante debido que se encuentran las condiciones adecuadas. Esto podría traer problemas en zonas donde existen cultivos de frutas, pero arrojar los desperdicios en otro lado no solucionaría tampoco el problema. Pero también, como hay tanta mosca de la fruta, alrededor se ubicaron un par de arañas que hacen hermosas telas, lo que seguro les garantiza alimento de corrido. Es increíble ver cómo los ciclos y comunidades de seres vivos se expanden en pos de lo que nosotros desperdiciamos.
Pero más allá de atacar a la fruta, al humano no lo molesta y suele quedarse dentro del compost porque tienen comida de sobra.

No hay mal que por bien no venga...
Y como de casi todo lo malo siempre sale algo bueno, los amantes del acuariofilia pueden conseguir aquí más alimento vivo para los peces: Atrapando las moscas vivas con un frasco, se las lleva al freezer o congelador unos minutos (demasiado tiempo en el frío las mata) . Una vez inmóviles se las arroja al acuario, donde en contacto con el agua se comenzarán a mover sin poder volar, y los peces... felices.

En la práctica y en la costumbre
Quizás una de las cosas más difíciles para poner en práctica el reciclaje de manera habitual sea el crearse un hábito. Si esto no se logra, es muy difícil mantener el sistema funcionando permanentemente.

En este caso, lo más fácil es tener un pequeño recipiente en la cocina donde se depositan todos los deshechos orgánicos al momento de preparar la comida, lavar las verduras, o cuando se lava la vajilla. Así es mucho más fácil luego vaciar eso en el compost, sin que cueste realmente ningún esfuerzo adicional. Por el contrario, al reducirse la cantidad de residuos en la basura común, se sacan menos bolsas y con menor frecuencia.

Para saber más cómo reciclar la basura, creando conciencia y sin hacer un terrible esfuerzo, recomiendo mirar lo que están haciendo los vecinos de Morón e Ituzaingó en Buenos Aires. Aproximadamente en el minuto 2 se puede ver en la cocina un pequeño tarro de plástico rojo que se utiliza para los desperdicios orgánicos que después van a parar al compost. Como dice uno de los entrevistados, la verdad que con muy poco se puede hacer mucho.

Mucha gente envía e-mails poniendo al pie una frase que dice que no imprimas porque así salvas miles de árboles. No digo que no las haya, pero yo no conozco personas a las que les guste gastar dinero en tinta y papel para leer algo que ya leyó en la pantalla. Así que pienso que lo que verdaderamente hay que hacer es crear conciencia acerca de generar menos basura, y siempre que se pueda, reciclarla. Así que a partir de ahora, mis mails van a tener al pie el link a este artículo.

Pensemos en nuestro futuro como viejos, en el de nuestros hijos como adultos y en el de nuestros nietos como niños. Y así sucesivamente. Todos merecemos un lugar mejor para vivir.