Si tienes una pecera en tu casa seguramente familiares o amigos la habrán apreciado diciendo “qué lindo… pero yo ni loco(a)… ¡esto da mucho trabajo!”
Sin dudas que para ser un simple decorado da más trabajo que pasarle un plumero a un mueble. En mi opinión, la característica decorativa de un acuario es un aspecto derivado, algo que decanta naturalmente de todo lo demás que en si mismo implica.
Un acuario es un lugar donde habitan seres vivos, a los que tenemos que cuidar, respetar y proteger, como a cualquier mascota.
La atención que demanda un acuario bien armado y cuidado, está muy lejos de dar “tanto trabajo”, no más allá de lo que cualquier animal en el hogar requiere.
Cuando de peces se trata, todo es hasta más simple a veces:
A los peces no se los lleva al veterinario. Al menos yo nunca lo hice, ni conozco a nadie que lo hiciera hasta ahora. Vivo en frente de una veterinaria de ciudad, y en la puerta he visto esperando hasta caballos, pero nunca a nadie con un pez. No hay que vacunarlos ni bañarlos.
La alimentación es simple. Con el alimento que se compra preparado en las tiendas especializadas, solo hay que darles de comer una o dos veces al día (yo les doy solo una vez), no hay que lavar ningún trasto ni estar cuidando que tenga agua para beber.
Alimentar tres peceras en mi casa me lleva no más de 30 segundos por día. Cuando me ausento por uno ó dos días, ni siquiera necesito
pedirle a alguien que venga a alimentarlos. Ellos se las arreglan bastante bien. Jamás se encontré alguno muerto porque no comió por un par de días. A partir de aquí y casi sin límites, si se quisiera podría probar inclusive con distintas recetas disponibles en la web, informarse y estudiar sobre la nutrición de cada pez y prepararle uno mismo el alimento. La verdad, por ahora no es mi caso.
Desmitificando el mantenimiento
Entonces ¿de dónde viene el mito de que es tan trabajoso mantener un acuario? Básicamente tiene que ver con la falta de información.
En primer lugar y como regla general, cuanto más grande el acuario, menos mantenimiento lleva. Mucha gente a experimentado alguna vez con peces y han sufrido la rápida mortalidad de los animalitos, diciendo luego “a mí los peces no me duran nada”.
El mayor trabajo es el de la limpieza semanal, donde hay que cambiar parcialmente el agua y cuando hace falta limpiar los vidrios cuando se forman algas. De la población del acuario, la forma de alimentarlos, la ubicación de la pecera y otros factores, dependerá de si este trabajo es mayor o menor. En cualquiera de los casos, hay que tomarlo como un verdadero momento de distracción, aprovechar a observar y disfrutar luego de la tarea realizada.
Comer para vivir y o vivir para comer
La sobrealimentación es uno de los errores más comunes que se cometen. A veces, cuando hay niños en la casa, estos alimentan a los peces porque les gusta verlos cuando buscan el alimento. Y lo hacen cuando vienen visitas, o peor aún, cada uno de los que tiene a mano el alimento les da para verlos comer. Es necesario tener y educar sobre la disciplina de la alimentación de los peces.
El alimento no consumido se pudre en el fondo, aumentando los niveles de toxicidad en el agua, sumado a los propios desechos de los peces. Como regla general para medir la cantidad de alimento que se les debe dar y saber si es mucho o poco, los peces deberían tardar entre 2 y 3 minutos en consumir todo el alimento que les damos. Si tardan mucho más les estamos arrojando mucho alimento, y si lo consumen muy rápidamente puede ser poco, aunque es preferible pecar de mezquinos y darles menos a sobrepasarse, justamente por los riesgos de contaminación de los que hablamos antes. Además, en general los peces no suelen sentirse saciados fácilmente. y alimentarlos de más puede hasta matarlos porque comerán sin parar (muy común en los
Goldfish).
Lejos de ser estricta, esta regla varía obviamente según el tipo de pez a alimentar. Algunos son más voraces y veloces, otros más lentos y tardan más, pero es una idea para que con un poco de práctica se pueda aprender a alimentarlos correctamente. Como siempre, en el acuarismo hay que observar mucho y aprender de la propia experiencia.
Juntitos y apretujados
Otro error que solemos cometer los aficionados, especialmente al iniciarnos en la actividad, es el de superpoblar el acuario. Suele darse mucho cuando se comienza con peceras demasiado pequeñas (de menos de 50 litros). Cada pez necesita de un espacio mínimo para moverse, alimentarse y crecer.
Los peces hacen sus necesidades en el mismo medio donde habitan (el agua). Las deposiciones normalmente van a parar abajo, sobre la grava del fondo del acuario, por lo que un mal sistema de filtrado, filtros mal armados o saturados de suciedad pueden ser también causa de una rápida contaminación del agua, lo que finalmente enferma o mata a los peces por intoxicación.
El motivo de la superpoblación suele ser el entusiasmo, que despierta el impulso de adquirir ese lindo pececito vistoso, agregando uno tras otro sin tener en cuenta el espacio que necesita cada uno y la capacidad del acuario. Además, los peces crecen, por lo que de seguir vivos hará que sin dudas en algún momento ocupen más lugar.

Una de mis peceras es un cubo de 30 x 30 x 30 cm con pequeños peces (
neones,
cebritas y un
betta splender que nada a sus anchas), al que no le di ningún tipo de mantenimiento durante más 45 días! Solo los alimenté y una vez repuse agua que se había evaporado. En la foto se puede apreciar como está.
Tengo que hacerle necesariamente ahora un cambio parcial de agua porque no realizarlo hace que el agua se vaya acidificando. Evidentemente el sistema de
filtrado casero funciona muy bien, porque el agua sigue muy transparente. El agua ácida es buena para algunos tipos de peces, pero mala para otros (también para los caracoles manzana tengo en este pequeño cubo). Mezclar peces que viven en aguas ácidas con peces de aguas más alcalinas es otro de los errores que se cometen por falta de conocimiento, en muchos de los casos debido al mal asesoramiento de los comerciantes.
Mucho espacio, menos trabajo
Realmente si se desea trabajar poco haciendo mantenimiento, lo mejor es tener una gran pecera con una reducida cantidad de peces. De esta manera el sistema de filtrado tardará mucho en saturarse y casi no habrá que realizarle mantenimiento. Este es un buen truco para cuando se quiere tener el acuario sobre todo como elemento decorativo, porque los peces tendrán mucho espacio para nadar y ensuciarán poco en relación al espacio disponible. En un acuario plantado grande, con muchas plantas y pocos peces, hasta podría prescindirse del filtro. Yo tengo bastantes peces, así que mantengo el filtro, pero sin aireador, ya que el oxígeno de las plantas es suficiente.
¡Cuidado con tanta higiene!
Quizás uno de los errores más frecuentes en el acuarista inexperto es el de dejar que el agua se vaya enturbiando (o no), pero cuando decide la limpieza quita todos los peces del acuario, lo vacia por completo y reemplaza toda el agua. No digo que esto no debería hacerse a veces, cuando por algún motivo no queda más remedio que hacerlo, pero se deben tomar especiales precauciones para eso. He sabido de casos extremos donde han lavado inclusive la pecera con detergente, con resultados verdaderamente dramáticos.
Esto tiene que ver con el hecho de que en acuario, con el tiempo, se forman cierto tipo de bacterias que son benéficas para la salud de sus habitantes.
Cuando se realiza un cambio completo de agua (el 100% del agua), se están eliminando esas preciadas bacterias nitrificantes, a las que le lleva cierto tiempo reproducirse. Es cierto que con el aseo se están eliminando bacterias también indeseableslo cual es bueno y buscado, pero en general los cambios completos de agua y la limpieza profunda de todo el acuario suele terminar prematuramente con la vida de nuestros peces cuando se renueva toda el agua por completo, y más cuando se utilizan productos químicos para la limpieza.
Es por eso que en los acuarios nuevos es tan importante realizar el ciclado del mismo antes de introducir los peces. El
ciclado o maduración del acuario simplemente tiene que ver con dejar pasar un tiempo luego de armar el acuario por primera vez, creando un ciclo en el agua para que esas baterías se desarrollen, antes de introducir los peces.
El entusiasmo del acuarista iniciado y la ansiedad por disfrutar del acuario hacen pasar por alto el ciclado, por lo que incontables casos, a los pocos días de introducir los peces, se comienza a producir su mortalidad sin causa aparente ni enfermedad a la vista; especialmente cuando se trata de peces tropicales.
Para ver mejor de lo que se trata tanto trabajo, veamos
el mantenimiento en la práctica.